El apaciguamento y sus l¨ªmites
Salvador Illa ha aparecido como el hombre adecuado en el momento oportuno
Salvador Illa ha aparecido como el hombre adecuado en el momento oportuno
Una frustraci¨®n ha llevado a gentes de renombre de derechas e izquierdas, irreconciliables en el pasado, a encontrarse frente a un enemigo com¨²n: el presidente traidor
A las izquierdas surgidas del rechazo al sistema les cuesta sostenerse en la medida en que sus promesas a menudo quedan a una distancia ahora mismo insalvable
Trump personaliza las amenazas en todo el mundo a la democracia y las sociedades liberales
Mientras tanto la m¨ªtica del ¡®proc¨¦s¡¯ se desdibuja en la escenificaci¨®n del pragmatismo de Illa, al que el estado de ¨¢nimo colectivo da perspectivas de futuro
Aunque se diga que el enfrentamiento pol¨ªtico con resentimiento es un teatro, es un peligro cuando se representa en la esfera p¨²blica
La extrema derecha arrastra a la derecha, que deja un espacio en el centro, los socialistas han captado la oportunidad y despu¨¦s de haber arrastrado a los Comunes a la gobernabilidad, apuestan por la moderaci¨®n para consolidar su hegemon¨ªa entre los votantes desencantados por la radicalizaci¨®n del PP
Quedarse en la consigna de aislar a los ultras solo consigue encubrir la irresponsabilidad de quienes han hecho posible llegar a esta situaci¨®n
ERC ha entendido que el ¡®proc¨¦s¡¯ se ha acabado y que hay que hacer pol¨ªtica y lograr resultados ventajosos para los ciudadanos
Solo hay una mayor¨ªa posible, la de izquierdas. Y dos opciones: negociar con exigencias y compromisos claros por las dos partes o dejar pasar los d¨ªas entre rumores y especulaciones hasta que se imponga la repetici¨®n electoral
La extrema derecha crece porque hay un grado de insatisfacci¨®n en amplios sectores de las clases medias y populares que se sienten ignoradas y descuidadas
El independentismo fue m¨¢s all¨¢ de sus propias fuerzas y cuando se pierde el principio de realidad el descarrilamiento es inevitable
En casi toda Europa, liberales y conservadores caen a la sombra del nuevo autoritarismo de derechas sin que haya una reacci¨®n ciudadana al auge ultra
La buena pol¨ªtica sabe evaluar las fuerzas para lograr sus objetivos y sabe anticiparse a la oportunidad
Mucha gente se ha dado cuenta de que ahora mismo no hay alternativa ni dentro ni fuera del PSOE
Si en el Pa¨ªs Vasco se ha impuesto la concentraci¨®n de voto, aqu¨ª todo parece ir en la direcci¨®n contraria: cada vez son m¨¢s los que aspiran al reparto
Al presidente del Gobierno no le ha ido mal con sus golpes de efecto, que han transformado el bipartidismo en un pluripartidismo
No es el regreso a la nostalgia lo que necesita Catalu?a, que es lo que puede ofrecer el ¡®president¡¯, sino la fortaleza pol¨ªtica necesaria para abrir una nueva etapa
Europa no puede vivir eternamente en la complacencia de ser el rinc¨®n m¨¢s exquisito del mundo
No basta con contar el n¨²mero de turistas, aunque sea de r¨¦cord. Barcelona requiere que vuelva a proyectarse pol¨ªticamente, que salga de la sombra en la que est¨¢ escondida
Junts, que lleva ya tiempo transitando por la regresi¨®n de jugar a hacer pol¨ªtica en vez de hacer pol¨ªtica, alcanz¨® un punto que puede ser de no retorno el pasado martes votando no a la amnist¨ªa
Collboni se sit¨²a ante un dilema nada sencillo: ?prefiere a Colau en la oposici¨®n o en el gobierno, con riesgo de quitarle espacio comunicativo?
La radicalizaci¨®n del PP lleva inevitablemente a la confrontaci¨®n entre dos bloques, sin espacio para la intermediaci¨®n. Los populares deben decidir entre el autoritarismo posdemocr¨¢tico o el juego abierto de la democracia liberal
Civilizar el conflicto es lo que debe aportar la amnist¨ªa. Y el que no lo entienda, en nombre de una patria o de la otra, lo acabar¨¢ pagando
El l¨ªder del PP ha dejado claro que su opci¨®n estrat¨¦gica para afrontar los pr¨®ximos a?os y frenar a sus adversarios internos es apuntarse a las corrientes de la derecha autoritaria
S¨¢nchez afrontar¨¢ una legislatura sin tregua. Despu¨¦s de estos a?os de confrontaci¨®n no ser¨¢ f¨¢cil volver a la finura pol¨ªtica
Una doble parafernalia de exhibici¨®n de la Monarqu¨ªa y desidia de los obispos ante los casos de pederastia coincidieron el mismo d¨ªa en ocupar la escena p¨²blica con acordes que suenan muy lejanos de la situaci¨®n actual
Se sigue en la l¨ªnea de rechazo al autoritarismo postdemocr¨¢tico que emprendieron los electores el 23-J y que ha confirmado Polonia o volvemos a las andadas, apagando la ilusi¨®n del cambio de ciclo
Si ambas partes quieren la investidura, se encontrar¨¢ el redactado que las circunstancias requieran, donde no aparecer¨¢ por ninguna parte la palabra refer¨¦ndum y la amnist¨ªa se vestir¨¢ con el atuendo adecuado
A S¨¢nchez y a Puigdemont les ha tocado buscar el punto de encuentro, sabiendo que tendr¨¢n que cargar con las frustraciones por la l¨®gica distancia entre la ret¨®rica de acompa?amiento y los resultados
El l¨ªder del PP acude a S¨¢nchez no para encontrar una ayuda que sabe que no tendr¨¢, sino para tratar de salvar su imagen y evitar ser desahuciado por su partido, aun a costa de bloquear la normalidad institucional
Con una reacci¨®n que ha desbordado a los poderes que se sienten propietarios del pa¨ªs, los ciudadanos han dibujado en el 23-J un mapa pol¨ªtico que choca con el negacionismo posdemocr¨¢tico
El fantasma del autoritarismo posdemocr¨¢tico apunta a Catalu?a como el espacio con mayor espectro de resistencia a la extrema derecha de todo el mapa espa?ol
El PP tiene lo que buscaba: la normalizaci¨®n de la extrema derecha. Reagrupaci¨®n familiar. Ya no hay ninguna duda de que pactar¨¢ el Gobierno con Abascal donde lo necesite, por lo que no es momento de resignarse con soluciones fr¨ªvolas
Ca¨ªda la alcaldesa se acab¨® la rabia. Y aquel torrente de desprecio contra ella y su gente parece haberse desecado s¨²bitamente
No estamos ante una simple alternancia entre un partido de derechas y un partido de izquierdas, lo que se decide es si Espa?a entra o no en la senda del autoritarismo posdemocr¨¢tico que va penetrando a las democracias europeas
Una campa?a con poca ideolog¨ªa, poco proyecto de ciudad, sin dar pie a pensar que Barcelona se pone por delante del pa¨ªs.
Parte de las derechas europeas se suben al carro de las limitaciones de derechos y de la tolerancia con amplios espacios de impunidad. Por eso resulta inquietante la tendencia a no querer ver lo que ya es evidente: que el viento reaccionario sopla fuerte
El futuro de la formaci¨®n pende de un hilo y el cap¨ªtulo de las elecciones municipales puede ser capital
Unidas Podemos se encuentra en una encrucijada con poco espacio para la ret¨®rica, que tanto gusta en aquella familia. Toca hacer pol¨ªtica. Es decir, optimizar lo posible, no columpiarse en lo imposible