La poes¨ªa se al¨ªa con la Red
La l¨ªnea de los poemas claros, directos y precisos parece conquistar a una nueva generaci¨®n de lectores. El ciberespacio ha contribuido a su propagaci¨®n
La l¨ªnea de los poemas claros, directos y precisos parece conquistar a una nueva generaci¨®n de lectores. El ciberespacio ha contribuido a su propagaci¨®n
En toda hegemon¨ªa existe un minuto en el que aparece un reci¨¦n llegado, ligeramente suicida, y decide que ahora ¨¦se es su sitio. Es lo que hizo Muguruza ante Serena
Tras la derrota del Atl¨¦tico me agarr¨¦ a mi amor propio, m¨¢s real que la tristeza, que se volvi¨® tan hosca que hac¨ªa espuma
Si me preguntan qu¨¦ es lo mejor de la final de Champions del s¨¢bado, dir¨ªa que estos pocos d¨ªas que faltan, y sobre todo, los 90 minutos de juego
Algunos imaginaron que la Liga acababa como ¡®El Padrino III¡¯. Pero el Bar?a escribi¨® el final que se tem¨ªa
Recopilada en espa?ol, por primera vez, la poes¨ªa del autor de ¡®El gran Gatsby¡¯
Nunca un aficionado a esta carrera dir¨¢ ¡°qu¨¦ pena, hay niebla¡±, o ¡°qu¨¦ horror, hace fr¨ªo¡±. El esplendor est¨¢ en todas partes, tambi¨¦n en la aspereza.
El zarpazo inesperado es, despu¨¦s de su defensa casi perfecta, la segunda especialidad del Atl¨¦tico. El Bayern perdi¨® ese detalle de vista por un segundo.
A ojos de los nuevos colchoneros, el Atl¨¦tico es m¨²sica, baile, sexo. Pero la felicidad es inestable y d¨¦bil porque depende solo del t¨¦cnico
Natalia Ginzburg, de la que ahora se recuperan algunos libros, es la mejor cronista del sello Einaudi, cuyo cat¨¢logo se convirti¨® pronto en un referente europeo
Es la clase de dictamen m¨¦dico que invita a ponerse ligeramente nervioso. Y que provoca el efecto contrario al que persigue
Pocos entrenadores como ellos han empujado su idea tan lejos, tan alto, y con jugadores tan diferentes.
No importa si la estad¨ªstica te contradice. ?Hay algo m¨¢s bonito que perseguir tareas imposibles?
Quiz¨¢ Zidane aconsej¨® a los suyos en el Camp Nou: ?Empecemos perdiendo, llegaremos m¨¢s lejos?. Dicho y hecho. El equipo se lanz¨® a por el partido
Bajo su indumentaria de futbolista se ocultaba un traje de tres piezas y sombrero. Jugaba como una hoja
Al f¨²tbol del Bar?a le gusta arrasar los sitios por donde pasa y dejarlo todo perdido de goles
El juego adquiere belleza cuando da calambre, como ayer entre la Juve y el Bayern de M¨²nich
Casi nada iguala la emoci¨®n de tirar el dinero en algo que te hace perder la cabeza, como el f¨²tbol
Fiesta, ambici¨®n y sangre. Eso es lo que pas¨® en el Bernab¨¦u el s¨¢bado
El campeonato se acab¨® cuando los rivales del Bar?a, tras cada punto perdido, se conjuraban para no perder uno m¨¢s
Nadie se aficionaba a la quiniela por el gusto de hacerse rico y retirarse. Simplemente, era hermoso tener un peque?o vicio.
Nadie deber¨ªa fallecer sin experimentar la electrizante conmoci¨®n de que su equipo gane la liga
Hay misterios bell¨ªsimos, que no nos dejan descansar, como el gol de Inglaterra en el 66
?Con qu¨¦ van a fantasear en verano los aficionados si sus equipos no pueden fichar?
Yo me pongo de parte de la gente que trata de hacer algo que nunca hizo, y que no sabemos si har¨¢ bien
Los pilotos participantes ni siquiera est¨¢n en condiciones de prometer a sus madres que regresar¨¢n vivos a casa
Para irse como Guardiola, en silencio, casi con los zapatos en una mano, hay que ensayar un poco todas las noches
Sus t¨ªtulos rutilantes en todos los clubes en los que entren¨® nos impidieron averiguar qui¨¦n era; hac¨ªan contraluz
Antes 11 jugadores y dos reservas te ganaban la Liga, ahora los sue?os de los clubes exigen dos plantillas completas y estrellas en la rec¨¢mara
Parte del trabajo de los directivos consiste en carecer de conocimiento futbol¨ªstico que podr¨ªa entorpecer su labor
Cada bol¨ªgrafo, cartel o folleto que se repartir¨¢ durante la campa?a es m¨¢s que un objeto
Todos nos dejamos un trozo de juventud enganchada a La Penya, de una forma dram¨¢tica y feliz
Al finalizar el partido no hab¨ªa nadie en el Madrid que no renquease: jugadores, entrenador y presidente
La manera en que se ape¨® del b¨®lido, y se acomod¨® en una sillita de camping, con vistas a la Q1, para celebrar que no hab¨ªa nada que celebrar, puso el final perfecto a una historia horrible