Es cocinera de oficio y por vocaci¨®n. Durante m¨¢s de veinticinco a?os ha trabajado en restaurantes de Espa?a y Francia. Autora del libro ¡®Cocina o Barbarie¡¯, prologado por Joan Roca en catal¨¢n y Dabiz Mu?oz en castellano. Actualmente vive en Vilanova de Sau, Osona, donde ha conducido el restaurante de cocina catalana El Ferrer de Tall.
El taz¨®n de caldo que se prepara para una vecina o un amigo que acaba de perder a un ser querido no va destinado a satisfacer su necesidad de agua con nutrientes, sino a hacerle saber que no est¨¢ solo
Los dos a?os que Thoreau estuvo en su caba?a aleccionando al mundo acerca de la vida esencial del hombre puro, su madre, Cynthia Dunbar, le llevaba una cesta con calzoncillos limpios, camisas planchadas y una fiambrera con macarrones cada dos d¨ªas
Revisemos el tema de las cucharitas para la hora del t¨¦, por favor. Antes de invertir dinero de la empresa en I+D o en renovar la carta, revisemos que estamos cumpliendo con lo b¨¢sico. Saldremos todos ganando
Es posible que las bater¨ªas el¨¦ctricas que propulsan tanto el trasto a pedales como ese m¨®vil que algunas llevan fijados al manillar terminen un d¨ªa en un vertedero de residuos en Ghana
Es la m¨¢s consumida y cultivada del mundo, y la que se menciona m¨¢s veces en las tablillas de arcilla babil¨®nicas que guardan la receta de cocina m¨¢s antigua de todas, fechada hace m¨¢s de 4.000 a?os
Cada d¨ªa rompo unas 219 directrices de seguridad alimentaria, todas ellas basadas en datos cient¨ªficos ciertos e irrefutables. B¨¢sicamente, elijo esas formas posibles de morir en vez de una muerte segura por par¨¢lisis de an¨¢lisis o por ansiedad
Hace pocos d¨ªas fue presentada en sociedad desde la cuenta oficial de Heinz en Reino Unido. Los ingleses aplaudieron con un asentimiento de cabeza comedido. Los italianos soltaron a los perros
Para evitar el conflicto no hace falta argumentar ni elucubrar, ni explicar ni justificar, s¨®lo comunicar de forma clara cu¨¢les son las condiciones del pacto antes de cerrar el acuerdo, esto es, antes de que el cliente se siente a la mesa
Hace cuarenta a?os era posible que un trabajador pasase toda su vida laboral en una sola empresa. Tambi¨¦n era razonable pensar en mantener, con ese ¨²nico sueldo, una familia entera y una vivienda de propiedad. Hoy, ese escenario no existe
Desde pulgas, flautines, flautas, bocatines, panecillos, barritas, r¨²sticos, chapatas, payesitos, paninis hasta uno del tama?o del antebrazo de Joseba el tornero, del que me estoy recuperando del susto
Es una versi¨®n moderna de la vieja t¨¦cnica de cocinar enterrando la olla en un hoyo con brasas calientes. Da resultados magn¨ªficos con el arroz o la pasta. Cristina vive en una autocaravana y cuece as¨ª las alubias para ahorrar butano
Si no compro m¨¢s a menudo pollo del Kentucky en Espa?a es porque aqu¨ª la misma franquicia no lo hace tan rico como en Inglaterra, donde lo prob¨¦ por primera vez. Que cuando uno come casero y mira de cuidarse, renunciar a darse, de vez en cuando, un capricho no tiene ning¨²n sentido
En los contenidos de esta chica de 22 a?os y el movimiento ¡®tradwife¡¯ se da un fen¨®meno culinario que ha estado presente de forma constante a lo largo de la Historia: el uso de la cocina como marcador social
Hay una clase de restauraci¨®n profesional que no tiene ning¨²n tipo de inter¨¦s en nada que tenga que ver con la gastronom¨ªa; cuya fuente de ingresos no es cocinar, sino usar la cocina como excusa
Hace 100 a?os que tenemos, sobre el papel, la misma cantidad de horas disponibles. Sin embargo, nunca como hoy hab¨ªamos tenido esta acuciante y asfixiante sensaci¨®n de no tener tiempo
Es de los momentos m¨¢s m¨¢gicos del a?o, donde se recibe el fruto del abrazo de cada ¨¢tomo de ox¨ªgeno y de cada ¨¢tomo de carbono en forma de calor, y de ah¨ª salta la chispa en cualquier verbena
No soy capaz de solicitar la dosis que necesito sin sentir en los hombros el peso del juicio de la civilizaci¨®n occidental en pleno, alzada como un solo hombre que me mirase fijamente con desaprobaci¨®n y verg¨¹enza
Aclaro que a lo que me refiero es a una receta de salsa bolo?esa expr¨¦s, de diario, con Indicaci¨®n Geogr¨¢fica Protegida de mi casa, no a un ¡®rag¨´ alla bolognese¡¯ can¨®nico de domingo
Esto que nos parece hoy normal, lo del bistec o la suprema de salm¨®n a la plancha acompa?ado de cuatro patatas fritas o de un pu?ado de hojas verdes ali?adas, es una anomal¨ªa hist¨®rica que suprime la posibilidad de aprovechar los restos del guiso de la comida
La idea parece trasladar al ¨¢mbito dom¨¦stico el sistema de trabajo de la industria alimentaria: comer a diario a base de bl¨ªster recalentado al microondas, habiendo sido uno mismo la mano de obra
Es una especie que era com¨²n en los recovecos de los solares en obras, fruto de alguna semilla ingerida en desayunos de pan con tomate y expulsada en alg¨²n apret¨®n humano e imprevisto en estos rincones
El mi¨¦rcoles vimos, en horario de m¨¢xima audiencia, a alguien apostar por s¨ª mismo, anteponer su bienestar y su salud mental, antes que seguir con su participaci¨®n en un concurso
Los callos de bacalao con flores, de Pedro S¨¢nchez en Bag¨¢, o la m¨ªtica tortilla de patatas en tempura, de Alberto Chicote demuestran que en el mundo no existen ni buenas ni malas ideas, sino ejecuciones brillantes o mediocres
En cada peque?o acto de humanidad cabe la posibilidad del error, del fallo, del tropiezo, pero tambi¨¦n la posibilidad de que lo mejor de la humanidad se manifieste
Una de las muchas desgracias de los tiempos que vivimos es esta plaga, no s¨®lo de la m¨¢s baja calidad posible, sino mal almacenados, mal cocidos, y pintados con un lamet¨®n de gelatina dulce o alm¨ªbar
El plato t¨ªpico de la cocina catalana aparece en Google en 242.000 entradas, lo que significa que cada a?o se publican en Espa?a decenas de nuevos recetarios
La hija tiene 11 a?os, prueba a hacerse una tortilla ella sola, sin la ayuda materna, ya que concibe la cocina como un territorio tan cotidiano y suyo como lo son el ba?o, el sal¨®n o su cuarto
Nuestro cerebro primitivo, a la vista de un vegetal, grita: ?no lo toques!, algo parecido debi¨® ocurrir cuando probamos el primer sorbo de birra, un rechazo llamado neofobia alimentaria
No comemos s¨®lo para darle al cuerpo los nutrientes que necesita para seguir funcionando, sino que comemos, tambi¨¦n, para celebrar el gozo de seguir vivos, para disfrutar de todos y cada uno de nuestros grados de libertad
La revuelta agraria es una cuesti¨®n gastron¨®mica, tanto como el desayuno, la comida, la merienda y la cena de hoy, de todos los d¨ªas que he vivido y de todos los que, con suerte, est¨¢n por venir