Dolorosa
D¨ªaz Ayuso se arrepinti¨® de un posado, pero no de la infrautilizaci¨®n de alas enteras de hospitales p¨²blicos, de la externalizaci¨®n de servicios m¨¦dicos, de la degradaci¨®n de infraestructuras y contratos
Es escritora. Desde 1995, fecha de publicaci¨®n de 'El fr¨ªo', ha escrito narrativa, poes¨ªa y ensayo, y obtenido numerosos premios. Actualmente publica con la editorial Anagrama. Sus dos ¨²ltimos t¨ªtulos son 'peque?as mujeres rojas' y 'Parte de m¨ª'. Colabora con EL PA?S, Hoy por hoy y da clase en la Escuela de escritores de Madrid.
D¨ªaz Ayuso se arrepinti¨® de un posado, pero no de la infrautilizaci¨®n de alas enteras de hospitales p¨²blicos, de la externalizaci¨®n de servicios m¨¦dicos, de la degradaci¨®n de infraestructuras y contratos
El asesinato de Floyd nos cuenta cosas que ya sab¨ªamos y otras que hab¨ªamos olvidado
Hay lenguajes que excluyen, lenguajes que simplifican y lenguajes para la conspiraci¨®n. Este libro de Cristina Rivera Garza forma parte de un proyecto conspirativo
Como dem¨®crata, corres el riesgo de que te roben palabras ¡ªlibertad¡ª y utilicen contra ti armas que t¨² nunca utilizar¨ªas por sentido c¨ªvico
Lo que me preocupa es que las verdaderas v¨ªctimas de una perpetua pandemia econ¨®mica hagan suyas las consignas de quienes les sacan los h¨ªgados
Juanita o Charo nos da un disgusto: quiere ser enfermera como Florence Nightingale o investigadora como Marie Curie o m¨¦dica de atenci¨®n primaria
Quienes manipulan el significado de la libertad desde la ignorancia supina o firmando manifiestos intelectuales me dan miedo
En el barrio de la estupenda librera Lola Larumbe cantan el himno de la Legi¨®n; en el de mis padres se oye una cacerola lejana; en el m¨ªo, si se oyese una cacerola, puede que quien la tocase acabase dentro
Nancy tiene siete a?os y no es boba. Pero est¨¢ desconcertada
Alia Trabucco Zer¨¢n muestra que en la representaci¨®n de las homicidas hay prejuicios sobre su condici¨®n femenina
Jam¨¢s he escrito un diario, pero lo escribo todos los d¨ªas: esta columna forma parte de ¨¦l
Quiz¨¢ mi p¨®lipo ha aparecido como reacci¨®n fisiol¨®gica a la indignaci¨®n y el asco ante las vergonzantes ruedas de prensa y mal¨¦ficas intervenciones parlamentarias de Casado y Abascal
No queremos la salud para volver a enfangarnos en formas de vivir que solo son formas de producir y reducen nuestros cuerpos a carne de enfermedad y pasto de adicciones
De las suaves alfombras tunecinas a las luces de Broadway, con paradas en una almazara en Ja¨¦n, las pizzer¨ªas napolitanas y una samba callejera en R¨ªo de Janeiro
Deseo el fin de la peste para volver a disfrutar de las peque?as cosas que nos proporcionan una felicidad razonable
Ojal¨¢, cuando todo acabe, nuestro rasero para diferenciar lo malo y lo bueno sea m¨¢s humano. Hablo, por supuesto, en t¨¦rminos econ¨®micos
El coronavirus nos obliga a pensar de un modo en que se hacen evidentes contradicciones de dif¨ªcil resoluci¨®n dial¨¦ctica
Los cuerpos, tangibles o evanescentes, de las v¨ªctimas no se borran echando salfum¨¢n sobre sus nombres. Sus nombres son nuestros nombres
Me pongo nerviosa cuando oigo lo de ¡°Haz algo que te quite el sue?o¡±. Ya me lo quitan la lucha de clases, la reforma laboral, los feminicidios, el racismo...
Su literatura se pega a la Historia y la contemporaneidad, a las cosas que suceden
No existen conspiraciones secretas, sino algo que da m¨¢s miedo: la normalizaci¨®n de un programa econ¨®mico neoliberal aplicado a lo educativo
Que la publicidad apele a sentimientos individualistas como si los seres humanos vivi¨¦semos dentro de bolsas fetales herm¨¦ticamente cerradas no me sorprende
Al ministro de Consumo se le va a amontonar el trabajo: casas de juego, compa?¨ªas telef¨®nicas, letra peque?a, obsolescencia programada¡
No s¨¦ c¨®mo medir el sufrimiento animal ni encontrar el fiel de la balanza del equilibrio ecol¨®gico, pero por extra?adas razones humanitarias intervenimos con brutalidad en la naturaleza
En ¡®Siberia¡¯, Daniela Alc¨ªvar Bellolio indaga en el sentimiento de culpa, la autodestrucci¨®n, el castigo autoinfligido. La felicidad est¨¢ prohibida
Mi propuesta es sacar el deporte del Ministerio de Cultura para ubicarlo en un futurible Ministerio de Sanidad y Deporte
Toda la infancia deber¨ªa ser protegida de las fauces del ogro. De la voracidad econ¨®mica
La mexicana Shaday Larios recoge en este libro-proyecto la sospecha de que el fin de la historia fue un constructo conservador
No deber¨ªa haber visto las sesiones de investidura. Ahora me cuesta sacar la cabeza de debajo de la s¨¢bana
Sofia Tolstaia se adelant¨® a su tiempo con una novela sobre los aspectos claustrof¨®bicos de la pareja. Ella muri¨® en 1919 y el libro tuvo que esperar hasta 1994 para ver la luz
'Share' y tendencias nos esclavizan y no se puede mantener una conversaci¨®n con casi nadie si no se han visto las ¨²ltimas series de Netflix
Nuestra pre?ez va a acabar siendo una decisi¨®n heroica que muestra de la dificultad tit¨¢nica de las mujeres para parir y vivir
Bajo la c¨¢scara publicitaria, esto no es una pipa y todo forma parte de la misma pudrici¨®n
He elegido no participar en redes igual que hay quien ha decidido no comer corderos o volver a fumar
La escritora ecuatoriana Natalia Garc¨ªa Freire demuestra una madurez sobresaliente en su primera novela
Hay una derecha pragm¨¢tica que legitima la explotaci¨®n activando la idea irracionalista de que la realidad solo es una representaci¨®n mental
He perdido una falta de ortograf¨ªa en una dedicatoria. Si ustedes la ven, no me lo comuniquen. O s¨ª
Hay que tomar precauciones. Yo, por lo pronto, aprendo bailes t¨ªpicos, corte y confecci¨®n, hago arreglos florales, vainica, rezo y preparo perfectas canastillas
Nuestra casa nos gusta, y jam¨¢s quisimos acometer ejercicios especulativos que exceden el alcance de nuestra comprensi¨®n y de nuestra moral
Ojal¨¢ los resultados electorales corrijan injusticias, depresiones y dolores que no se entienden al margen de estas inclemencias, intemperies y afiladas cuentas de resultados