El libro del reconocido profesor, especialista en la Alemania del siglo XIX, reeval¨²a la convulsi¨®n pol¨ªtica de 1848-49 como ¡°la ¨²nica revoluci¨®n aut¨¦nticamente europea que ha habido jam¨¢s¡±
Hace cien a?os Miguel Primo de Rivera, empapado de populismo y nacionalismo, dio un paso que interrumpi¨® m¨¢s de un siglo de experiencias constitucionales e hizo muy dif¨ªcil encontrar en Espa?a unas reglas de juego acordadas por la izquierda y la derecha
Quiz¨¢ convenga que los espa?oles compartan s¨ªmbolos y establezcan nuevos lazos con Espa?a, pero es preciso alg¨²n arreglo pol¨ªtico viable aceptado por la inmensa mayor¨ªa, incluido el grueso de los catalanes
Nuestros representantes deber¨ªan cambiar de discurso y dejar de lanzarse a la cara reproches preventivos, como hasta ahora se han lanzado los muertos. De lo que se trata ahora es de apoyar causas compartidas
El imparable esc¨¢ndalo de Juan Carlos I, arrastrado por el fango en televisiones y redes sociales, obliga a Felipe VI a dar explicaciones a la ciudadan¨ªa y a tomar medidas de mayor calado
El movimiento antirracista est¨¢ derribando los s¨ªmbolos de las que considera opresiones pasadas. Pero es preferible mantener esos testigos y hacerlos inteligibles para que se sepa c¨®mo y por qu¨¦ se construyeron
Con su decidido espa?olismo, Esperanza Aguirre hizo de la Comunidad de Madrid un baluarte contra los nacionalistas y se erigi¨® en contrapeso de los Gobiernos socialistas en La Moncloa. Su herencia sigue viva
El traslado de Franco permitir¨¢ convertir el Valle de los Ca¨ªdos en un memorial y un centro de interpretaci¨®n que explique a sus visitantes la historia del lugar
De aquella fecha decisiva perviven algunas ideas de quienes ganaron la Gran Guerra, como la necesidad de sistemas de cooperaci¨®n internacional comprometidos con la democracia y los derechos fundamentales
La historia no es el mejor instrumento para apagar el conflicto catal¨¢n, pero falsearla, como hacen los nacionalistas de todo signo para legitimar sus posturas, no hace sino alejar una posible soluci¨®n
La ciudad de Ucrania es un ejemplo de nacionalismo ¨¦tnico, que identifica la comunidad pol¨ªtica con una cultura y lengua homog¨¦neas, y que no dud¨® en destruir a colectivos con religiones e idiomas distintos
Lejos de aburrirnos, la construcci¨®n europea deber¨ªa apasionarnos. En Espa?a
no faltan las piezas para montar, con la imprescindible energ¨ªa, nuestra parte del artefacto europeo. No es un mal comienzo pensar que Europa es nuestra patria
Los dirigentes del PP se cargar¨ªan de raz¨®n si no coqueteasen con el pseudorrevisionismo hist¨®rico que blanquea la imagen del dictador. Pero recurrir a ¨¦l para explicar la crisis actual es sorprendente
El mito de la revoluci¨®n de octubre sigue vivo; las haza?as de Lenin y Trotski a¨²n despiertan simpat¨ªas entre algunos izquierdistas espa?oles. Las alusiones a 1917 no son inocentes; sus consecuencias, que marcaron el siglo XX, todav¨ªa nos interpelan
Esto es lo que tenemos en Espa?a: el liderazgo extra?o, ni transformador ni transaccional, de una persona cuya mediocridad abochorna a cualquiera. Hay que agradecerle que no alimente las aventuras irresponsables, como sus colegas ingleses
Reino Unido ha tenido una influencia crucial en la historia reciente de Espa?a, esperemos que el ¡®Brexit¡¯ no arruine el progresivo conocimiento e intercambio que se ha ido produciendo durante muchos a?os
El conocimiento p¨²blico de los casos de corrupci¨®n revela la extensi¨®n de las redes clientelares en Espa?a, pero tambi¨¦n que existe una justicia que funciona, aunque con lentitud. La agitaci¨®n contra los corruptos es una oportunidad de reforma
La mayor parte de los espa?oles ¡ªcreyentes o no¡ª vive al margen de la disciplina eclesi¨¢stica. Es hora de adaptar el Estado a una sociedad secularizada y abordar lo m¨¢s importante: las cuestiones fiscales y presupuestarias de la Iglesia
Cualquier salida para la cuesti¨®n catalana debe reconocer que Catalu?a puede considerarse una naci¨®n. Pero en un mundo globalizado, la creaci¨®n de un Estado no es la ¨²nica posibilidad, ni siquiera la m¨¢s ventajosa, para una naci¨®n consolidada
Espa?a ha tenido serias dificultades para encontrar una empresa heroica que sirviera de cimiento a la naci¨®n. Hay una que podr¨ªa servir, pero que est¨¢ en crisis: la construcci¨®n de un r¨¦gimen constitucional tras la dictadura franquista
Es dif¨ªcil predecir qu¨¦ va a ocurrir con las nuevas plataformas pol¨ªticas. Pero conviene recordar que los desistimientos de las izquierdas contempor¨¢neas no tienen por qu¨¦ contemplarse como una suma de fracasos
La obra y figura del escritor representan la reencarnaci¨®n del esp¨ªritu hispano. Para una identidad tan discutida y vapuleada como la espa?ola, el autor de ¡®El Quijote¡¯ es un emblema que s¨®lo ha tra¨ªdo beneficios
La monta?a rusa electoral de 2015 ofrece la oportunidad de lanzar nuevos proyectos que aprovechen el talento reunido y la principal fortaleza que posee la ciudad: una vida social y cultural vibrante
En Espa?a queda mucho por hacer para alcanzar el nivel de otros pa¨ªses. El voto plebiscitario y la aclamaci¨®n de las asambleas, por muy excitantes que sean, no deben sustituir al Parlamento ni a los tribunales
Es probable que otras autonom¨ªas reclamen los avances que puedan obtener los nacionalistas y se frustren los deseos de estos para distinguirse. Tal vez s¨®lo una profunda reforma federal tendr¨ªa alguna posibilidad
Carlos Fabra y Jos¨¦ Luis Baltar levantaron feudos pol¨ªticos casi inexpugnables asentados en el clientelismo y la corrupci¨®n. Ambos parecen residuos del pasado, incrustaciones de una Espa?a inculta en un pa¨ªs moderno
La monarqu¨ªa parlamentaria debe ejercer sus funciones constitucionales sin intervenci¨®n pol¨ªtica activa. A Felipe VI le corresponde una labor de reconstrucci¨®n simb¨®lica, hecha de ejemplaridad y transparencia