Los 50 mejores libros de 2024
El complejo retrato que Leila Guerriero pinta de una mujer superviviente de la violaci¨®n y la tortura durante la dictadura militar argentina arrasa entre un jurado formado por m¨¢s de cien expertos. La lista de este a?o, m¨¢s innovadora de lo habitual, apuesta por novelas caracterizadas por el riesgo art¨ªstico
La lista deseada se parece bastante a la que ha salido de las votaciones del jurado que este a?o han integrado 107 expertos. Aparecen cl¨¢sicos contempor¨¢neos ¡ªcomo Paul Auster, L¨ªdia Jorge, Mircea C?rt?rescu o Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n¡ª, pero destaca la incorporaci¨®n de voces apenas escuchadas hasta ahora como son las de David Ucl¨¦s, Sara Barquinero o Nicol¨¢s Sesma.
Aunque la lista tiene algo de inesperado, porque no aparecen libros premiados ni tampoco lanzamientos megapromocionados, no ha sido una sorpresa que La llamada fuese elegido el mejor libro del a?o. Desde el primer d¨ªa que pudo leerse, Leila Guerriero ha fascinado con la m¨¢quina de precisi¨®n literaria que es su retrato de Silvia Labayru. El nombre de la periodista argentina abre una lista en la que el peso de las escritoras latinoamericanas ¡ªEnriquez, Ojeda, Gainza¡ª debe ser justamente subrayado.
1) La llamada
Leila Guerriero
Anagrama
Durante la dictadura argentina la Escuela de Mec¨¢nica de la Armada ¡ªla ESMA en Buenos Aires¡ª fue el principal centro de detenci¨®n clandestino del pa¨ªs. Entre 1976 y 1983 all¨ª fueron torturadas, secuestradas y asesinadas unas 5.000 personas. Sobrevivieron menos de doscientas. Una de ellas fue Silvia Labayru, hija de una familia de militares. En 2021 Leila Guerriero (1967) vio la fotograf¨ªa de esa mujer en un reportaje publicado con motivo del primer juicio por cr¨ªmenes de violencia sexual cometidos en ese infierno. Hab¨ªan pasado d¨¦cadas sin que ella hablase con periodistas. Despu¨¦s Guerriero habl¨® con ella, con respeto y obsesi¨®n, d¨ªas y d¨ªas y d¨ªas, con ella y con decenas de personas, en calma y ante el v¨¦rtigo. Porque la supervivencia, moralmente, es m¨¢s compleja que la muerte: lleva la humanidad al l¨ªmite.
?Qu¨¦ sucedi¨® all¨ª? ?C¨®mo logr¨® sobrevivir? ¡°Bajo amenaza de muerte, consentir es resistir¡±, puede leerse en un texto que Labayru le hizo llegar al empezar su di¨¢logo. Cuando a finales de 1976 la detuvieron, ten¨ªa 20 a?os, embarazada de cinco meses, y pertenec¨ªa al revolucionario Ej¨¦rcito Montonero. Estaba integrada en el Servicio de Inteligencia cuyo m¨¢ximo responsable en la capital era el escritor Rodolfo Walsh, autor de Operaci¨®n Masacre, el hito fundacional del periodismo narrativo latinoamericano. Al leer La llamada conmociona que esta nueva obra maestra acabe por cuadrar el c¨ªrculo de la mejor no ficci¨®n literaria en lengua espa?ola.
Leila Guerriero ha llevado el periodismo a una nueva frontera, sobre todo por la construcci¨®n de un riqu¨ªsimo discurso formal donde fluyen las voces que matizan testimoniando y en el que la tensi¨®n entre lo ocurrido entonces y lo relatado ahora se convierte en una lecci¨®n memorable sobre la vida adulta que se salva por la lucidez y contra el autoenga?o. No hay juicio. Hay hechos, versiones sobre hechos y la moral, es decir, experiencia meditada sobre el dilema fatal y ambiguo entre muerte y supervivencia en un presente puro y oscuro. Hay alta literatura. S¨¦ que la lectura de La llamada, tan adicitiva, me acompa?ar¨¢ para siempre. Por Jordi Amat
Cr¨ªtica de Jordi Gracia
Entrevista con Leila Guerriero. Por Andrea Aguilar
Charla con Leila Guerriero en el ¡°podcast¡± Qu¨¦ estoy leyendo
2) La pen¨ªnsula de las casas vac¨ªas
David Ucl¨¦s
Siruela
David Ucl¨¦s ha cruzado un oc¨¦ano de 14 a?os hasta dar por finalizada su tercera novela. La vocaci¨®n inicial fue narrar la historia de su propia estirpe, arraigada en J¨¢ndula (trasunto del pueblo de Quesada). Sin embargo, acab¨® contando la de todo un pa¨ªs durante la Guerra Civil espa?ola, el terrible hito que trunc¨® el futuro de lo que ¨¦l gusta en llamar Iberia. Su imaginaci¨®n desborda los marcos mentales en los cuales se suelen constre?ir las narrativas contempor¨¢neas, porque su mirada es imprevisible. No elude mencionar ning¨²n episodio real bajo el tamiz de lo taumat¨²rgico. No reh¨²ye siquiera vengarse con di¨¢logos inventados de figuras que le resultan deleznables. Es la suya una escritura prodigiosa y atrevida. Incluso el narrador, que es el propio autor, interviene en los acontecimientos para dialogar con sus personajes, siempre concebidos a medio camino entre lo real y lo imposible, como por ejemplo Odisto, el hombre en torno al cual gira la historia, en homenaje a su tatarabuelo.
Todo el libro es un ejercicio apabullante de eso que hemos convenido en llamar realismo m¨¢gico y que, como dec¨ªa Elena Garro, una de sus m¨¢ximas exponentes, no es m¨¢s ¡ªni menos¡ª que ¡°la plasmaci¨®n de la cosmogon¨ªa de los pueblos originarios¡±, de los habitantes de lugares como J¨¢ndula/Quesada, quienes, a principios del siglo XX, a¨²n pasaban la vida ajenos a la contaminaci¨®n de lo urbano, a la coerci¨®n de lo convencional y a la preponderancia de lo homog¨¦neo. Basta con advertirles que la novela empieza con el parto de un ni?o muerto y el rito del luto ti?¨¦ndolo todo, incluso los ¨¢rboles. No se me ocurre una imagen m¨¢s prof¨¦tica con la que empezar a contar esa guerra que la de un ¨¢rbol negro. Por Esther L¨®pez Barcel¨®.
Cr¨ªtica de Nadal Suau
Entrevista con David Ucl¨¦s. Por Sergio C. Fanjul
3) Theodoros
Mircea C?rt?rescu
Traducci¨®n de Marian Ochoa de Eribe
Impedimenta
Con Theodoros, Mircea C?rt?rescu prueba que toda futurolog¨ªa est¨¦tica es p¨®lvora del Rey: si Italo Calvino pronostic¨® que la literatura del siglo XXI ser¨ªa ligera y breve, r¨¢pida y visible, la del rumano es barroca, caudalosa, lenta y rebosante de oscuridades. Con el mismo estilo de lirismo estupefaciente de su trilog¨ªa Cegador y una imaginaci¨®n desbocada, la novela narra la epopeya de una ambici¨®n insaciable: la de un muchacho en la corte de Valaquia, dispuesto a remedar a su idolatrado Alejandro Magno a cualquier precio. Las vicisitudes de su ascenso lo llevan de su condici¨®n de sirviente en Ruman¨ªa a la de pirata en el mar Egeo y de ah¨ª a la Etiop¨ªa cuya monarqu¨ªa pretende. Mediante un injerto de un realismo m¨¢gico opulento en el molde de la novela hist¨®rica y de aventuras de ra¨ªz decimon¨®nica, el escritor rumano desata en Theodoros una escritura torrencialmente barroca, sembrada de digresiones, desaforada, con la que reivindicaba la jurisdicci¨®n de la novela sin l¨ªmites. Por Domingo R¨®denas de Moya.
4) Ropa de casa
Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n
Seix Barral
Pertenece a la especie de lo indescifrable el hecho de que Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n no haya desarrollado la menor propensi¨®n a la vanidad ensoberbecida ni sepa qu¨¦ es la envidia literaria (ni la otra), pese a figurar desde hace 40 a?os en la n¨®mina fiable de la mejor literatura de la democracia. Sus libros se leyeron primero en Anagrama y despu¨¦s en Seix Barral, pero esta obra tan humildemente titulada Ropa de casa habla de la primera etapa, de cuando Herralde decidi¨® publicar a un muchacho jovenc¨ªsimo con un fajo de folios bajo el brazo, de cuando el joven decidi¨® vivir en Barcelona, de cuando era imposible no ver bebido a Carlos Barral y de cuando empez¨® una amistad inquebrantable con Enrique Vila-Matas mientras trasegaba con un ¡°izquierdismo algo desmayado¡±.
Sin aspavientos ni ret¨®ricas autocompasivas, Mart¨ªnez de Pis¨®n enhebra los pasos de una autobiograf¨ªa literaria con multitud de evocaciones familiares y personales que trasladan de forma muy fiel un modo de vivir el oficio de la escritura y la publicaci¨®n de libros literarios. El magisterio paternalista que ejerci¨® con ¨¦l en privado Javier Mar¨ªas (¡°Si te sirve de algo, yo creo que tienes mucho talento y que en principio no tiene por qu¨¦ estropearse si no te dejas amilanar¡±), est¨¢ entre las mejores cosas de este libro, con algunas transcripciones de cartas un punto se?oriales de Mar¨ªas y la confidencia de Pis¨®n de haber padecido injustamente la ¡°autom¨¢tica expulsi¨®n de su mundo¡±. La franqueza sin ¨ªnfulas reveladoras y la naturalidad del relato de su apacible prosperidad en el oficio se concentran en la que probablemente sea la mejor semblanza del libro: corresponde a su amigo F¨¦lix Romeo y nada en ella deval¨²a la gratitud que Pis¨®n disemina en cada una de las p¨¢ginas del libro. Por Jordi Gracia.
Cr¨ªtica de Jordi Amat
Charla con Ignacio Mart¨ªnez de Pis¨®n en el ¡°podcast¡± Qu¨¦ estoy leyendo
5) Los escorpiones
Sara Barquinero
Lumen
Tendr¨¢ su parte de verdad, s¨ª, pero es innegable que decir hoy que quienes escribimos optamos por la forma corta o fragmentaria porque ¡°no nos da la vida¡± o ¡°no tenemos tiempo para otra cosa¡± se ha vuelto un lugar com¨²n. En Los escorpiones, Sara Barquinero prefiere la grandilocuencia y pasarse de las 800 p¨¢ginas, al estilo de los posmodernos americanos que reconstru¨ªan, siguiendo los impactos de un partido de b¨¦isbol, el esp¨ªritu de un momento de la historia. Desfilan por sus partes el suicidio, la muerte y teor¨ªas de la conspiraci¨®n; mezcla y agita una anhedonia muy generacional con el origen del fascismo o los primeros foros que brotaban cuando Internet era una jungla. La primera vez que lo le¨ª fui incapaz de parar hasta el final de la segunda parte. Sara, Thomas, Margherita o Michaela, algunos de sus protagonistas, conducen a quien lee a abismos de deseo y muerte, futuros vampirizados, castigo, consumo y fantasmas. El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de gran ambici¨®n, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el di¨¢logo con sus referentes para reavivar otra conversaci¨®n con el mundo. Por Elizabeth Duval
Cr¨ªtica de Nadal Suau
Art¨ªculo de Sergio C. Fanjul
Charla con Sara Barquinero en el ¡°podcast¡± Qu¨¦ estoy leyendo
6) Ni una, ni grande, ni libre
Nicol¨¢s Sesma
Cr¨ªtica
Nicol¨¢s Sesma, 47 a?os, criado en Huesca, profesor en Grenoble (Francia), pertenece a una generaci¨®n de historiadores que naci¨® despu¨¦s de la muerte de Franco. De la misma forma que su maestro Robert Paxton cambi¨® la mirada sobre la relaci¨®n de Francia con el fascismo, su libro Ni una, ni grande, ni libre ha contribuido a deshacer de forma rotunda muchos t¨®picos sobre el franquismo: la dictadura sobrevivi¨® durante 40 a?os porque no se trataba de una panda de tuercebotas trasnochados, sino que Franco supo rodearse de pol¨ªticos competentes. ¡°No eran mediocres¡±, apunt¨® sobre los gerifaltes del r¨¦gimen en una entrevista con Marc Bassets. ¡°?Ojal¨¢ lo hubieran sido!¡±. El principal malentendido al que se enfrenta el libro es la idea de que Espa?a fue diferente. El famoso lema acu?ado por Manuel Fraga no se corresponde en absoluto con la realidad de un pa¨ªs integrado en las grandes tendencias de unos tiempos en los que, desde Am¨¦rica hasta Corea del Sur o Portugal, las dictaduras era muy habituales.
Como todos los grandes libros de historia, los secundarios son tan importantes como los protagonistas, la escritura es fluida y con mucha garra y las referencias tremendamente amplias y a veces insospechadas ¡ªhay hasta un apartado dedicado al rodaje de El Cid en el cap¨ªtulo en el que describe la transformaci¨®n tecnocr¨¢tica de la dictadura¡ª. El ensayo acaba con la saga familiar de los D¨ªez-Alegr¨ªa, que reun¨ªa todas las tendencias de un pa¨ªs que buscaba un cambio definitivo y ¡°una tierra donde poder ser libres¡±. Esperamos la continuaci¨®n. Por Guillermo Altares
Entrevista con Nicol¨¢s Sesma. Por Marc Bassets
7) Baumgartner
Paul Auster
Traducci¨®n de Benito G¨®mez Ib¨¢?ez. Seix Barral
Traducci¨®n de Ernest Riera Arbuss¨¤ (catal¨¢n). Edicions 62
La ¨²ltima obra publicada y quiz¨¢s escrita por Paul Auster es una novela de amor y de duelo llena de vida, de inteligencia y de ternura. Es una de sus mejores novelas, y eso ya es mucho decir en el caso de este escritor milagroso. Los 40 a?os con su esposa, Siri Hustvedt, desde que eran jovenc¨ªsimos estudiantes en Nueva York, con sus altibajos y con toda su intensidad contada o adivinada, reverbera inevitablemente en la mente de los lectores asiduos de Auster. Baumgartner es su ¨²ltimo acto de protecci¨®n y de cari?o hacia ella y hacia el tiempo que pasaron juntos. El m¨¢s bello y conmovedor, y de nuevo inteligente, que he le¨ªdo en mucho tiempo. Como tambi¨¦n es la mejor novela o ensayo de duelo que conozco.
Conmueve de veras el mandato de felicidad, de b¨²squeda del amor y de la vida para quien se queda. Sin alharacas ni sensibler¨ªa, ni mentiras piadosas, con sobriedad y hasta con humor. ¡°?Tarde para qu¨¦?¡± le pregunta el profesor al hombre que viene a leerle el contador de la luz, al principio de su soledad. No es tarde para nada, escribe al final del viaje para alejarse de ella: ¡°Recuerda este momento, chico, acu¨¦rdate de ¨¦l durante el resto de tu vida, porque nunca te ocurrir¨¢ nada m¨¢s importante que lo que te est¨¢ pasando ahora mismo¡±. Por Isabel Burdiel.
Cr¨ªtica de Javier Aparicio Maydeu
Obituario de Paul Auster. Por Eduardo Lago
8) Misericordia
L¨ªdia Jorge
Traducci¨®n de Mar¨ªa Jes¨²s Fern¨¢ndez
La Umbr¨ªa y la Solana
No s¨¦ muy bien c¨®mo decirlo, pero hay una ¨¦tica literaria en la obra de Lidia Jorge que se aprecia en todo cuanto escribe: en el punto de vista, el tono, la sensibilidad o bien la finura de esp¨ªritu con que encara los temas m¨¢s dif¨ªciles. En Misericordia, la escritora portuguesa asume la memoria cotidiana de su anciana madre, ingresada en una residencia por sus problemas de movilidad (y donde fallecer¨ªa de covid en 2020 sin que su hija pudiera acompa?arla), y nos ayuda a comprender que otra vida es posible en la vejez. Una vida donde se mantiene a raya el dolor y la tristeza, tan habituales en esta etapa, para concentrarse en la medida de lo posible en la felicidad de las peque?as cosas que puede ofrecer el d¨ªa. Basta con buscar la armon¨ªa en la disposici¨®n de los objetos m¨¢s sencillos que rodean a la protagonista para decirse a s¨ª misma que con ello est¨¢ ordenando la tierra, el mar, el mundo.
Mejorando la disposici¨®n de un plato, de unos cubiertos o de unas flores en la mesa donde Dona Alberti, trasunto del verdadero personaje que inspira a Lidia Jorge, comparte almuerzos y cenas con otras residentes, para pensar que est¨¢ mejorando la geometr¨ªa del mundo: ¡°He aprendido que el alma que se eleva, eleva el mundo. Y s¨¦ c¨®mo, porque amas¨¦ el pan. Se trata del principio de la levadura. La agria levadura, mezclada con la harina, la transforma y la hincha. De la misma manera una buena persona tiene el poder de atemperar la fealdad del mundo gracias a la belleza¡±. Y con este principio combate la gran oscuridad que avanza en su interior y tambi¨¦n en su entorno con la pandemia. En resumen, honrando la muerte de su madre, Lidia Jorge ha liberado un espacio de vida iluminador que a todos nos concierne. Por Anna Caball¨¦.
Cr¨ªtica de Tereixa Constenla
Entrevista con Lidia Jorge. Por Tereixa Constenla
9) Biograf¨ªa de X
Catherine Lacey
Traducci¨®n de N¨²ria Molines Galarza
Alfaguara
Ni fragmentario, ni ensayo personal-pol¨ªtico, el cuarto libro de Catherine Lacey (Tupelo, 36 a?os) contradice algunas de las corrientes que triunfan hoy entre autoras de su generaci¨®n. Y, sin embargo, no cabe duda de que la biograf¨ªa ficticia de una artista total que imagina y escribe en su novela est¨¢ escrita ahora. La distop¨ªa es el tel¨®n de fondo de esta historia con un EE UU escindido entre un norte progresista que gobern¨® Emma Goldman, un sur en el que se estableci¨® un r¨¦gimen teocr¨¢tico y totalitario, y un oeste libertario. El pa¨ªs est¨¢ en plena reunificaci¨®n cuando se escribe la biograf¨ªa, pero todo es inestable e incierto. Hay giros y gui?os, humor, dolor y una fina inteligencia en la reconstrucci¨®n de la vida de X que acomete su viuda, C. M. Lucca, una periodista que lleva a?os abducida por la historia de amor con su magn¨¦tica y misteriosa esposa.
El desconcertante duelo tras su muerte la empuja a tratar de descubrir qui¨¦n era X, y c¨®mo fue que trabaj¨® en Berl¨ªn con Bowie, en Nueva York con Connie Converse o en Italia con la feminista Carla Longhi. El artista Larry Rivers encabeza un grupo de hombres que protestan en la puerta de los museos contra las tareas administrativas que se ven forzados a realizar, puesto que el sistema favorece que solo las mujeres produzcan obras. Capa a capa, Lacey construye un fascinante juego de espejos tan bien armado que la intriga sobre qu¨¦ ocurri¨® y qu¨¦ est¨¢ inventando acompa?a al lector hasta la ¨²ltima p¨¢gina. Y con su cuerpo de notas finales vuelve a sacudir el tablero. Por Andrea Aguilar
Cr¨ªtica de Laura Fern¨¢ndez
Art¨ªculo de Andrea Aguilar
10) James
Percival Everett
Traducci¨®n de Javier Calvo
De Conatus
Si Las aventuras de Huckleberry Finn es una obra maestra y un pilar de la cultura estadounidense, James, la versi¨®n de Percival Everett, ¡°tambi¨¦n podr¨ªa serlo¡±, sentencia la cr¨ªtica de The New York Times. No es poco halago, incluso para un autor reconocido como Everett. La reescritura del relato de Twain, situado en los Estados Unidos preb¨¦licos y protagonizado por Jim, el esclavo fugado que acompa?a a Huck, a¨²na ingredientes de grandes cl¨¢sicos. Es un relato de aventuras trepidante, contado en episodios breves, con grandes dosis de humor y sarcasmo y, al mismo tiempo, una narraci¨®n de la huida f¨ªsica y existencial del enemigo blanco hacia la libertad.
A trav¨¦s del ejercicio del lenguaje, el pensamiento y la literatura y, casi por defecto, la violencia, James ¡ªcomo decide llamarse Jim¡ª deviene libre. Hablar esclavo, esto es, de manera poco refinada y apenas inteligible, es una cuesti¨®n de supervivencia, le explica a su hija al inicio de la novela. Sabe que los blancos temen m¨¢s a un esclavo que sepa hablar y leer que uno violento. Unos pocos libros, unas hojas de papel y un l¨¢piz robados constituyen sus bienes m¨¢s preciados, ¨²nico refugio en su huida de los blancos, siempre al acecho, sin importar las razones. Entre los libros est¨¢n obras de Locke, Voltaire y Montesquieu, a quienes James interpela en di¨¢logos imaginarios sobre su hip¨®crita defensa de los derechos humanos y la esclavitud. Hacia el final, en su b¨²squeda desesperada de su mujer y su hija, se dirige al juez Thatcher en el ingl¨¦s correcto que siempre us¨® con sus compa?eros esclavos. Ya no repara en las consecuencias de sus acciones desde el temor, sino con la impasibilidad de un hombre libre que sabe que la batalla no ha hecho m¨¢s que empezar. Por Olivia Mu?oz-Rojas.
Cr¨ªtica de Jos¨¦ Ovejero
11) Un lugar soleado para gente sombr¨ªa
Mariana Enriquez
Anagrama
La degradaci¨®n del cuerpo, y la imposibilidad de escapar del contexto y de uno mismo son temas que atraviesan el retorno de Mariana Enriquez al relato breve. Como siempre, juega con distintos c¨®digos para hacer emerger la oscuridad a la que giramos la cara a base de esl¨®ganes sofisticados y art¨ªculos de opini¨®n.
Cr¨ªtica de Carlota Rubio
Entrevista con Mariana Enriquez. Por Andrea Aguilar
Charla con Mariana Enriquez en el ¡°podcast¡± Qu¨¦ estoy leyendo
12) Chamanes el¨¦ctricos en la fiesta del sol
M¨®nica Ojeda
Random House
No hay manera de resumir la trama de esta novela. Unos j¨®venes celebran una fiesta at¨¢vica junto a un volc¨¢n en la geograf¨ªa andina. Escuchan m¨²sica experimental, empiezan un viaje lis¨¦rgico. Se diluye su individualidad para convertirse en coro tr¨¢gico. Cuentan la historia de Noa, una ni?a abandonada que encontrar¨¢ a su padre y lo abandonar¨¢. M¨®nica Ojeda uso materiales que son habituales en cierta ficci¨®n dist¨®pica actual: lo ancestral y lo corporal, lo monstruoso y lo sublime. Pero la escritora de Ecuador huye del t¨®pico y el panfleto y logra que Noa supere sus or¨ªgenes inmediatos para conectar con la esencia del chamanismo.
Cr¨ªtica de Carlos Pardo
Entrevista con M¨®nica Ojeda. Por Ana Fern¨¢ndez Abad
13) La ¨²ltima frase
Camila Ca?eque
La U?a Rota
La ineficacia, lo improductivo, lo inacabado. Eran los territorios que exploraba Camila Ca?eque. Un mes despu¨¦s de su fallecimiento, se public¨® La ¨²ltima frase: un ensayo sobre 452 frases con las que terminan 452 libros. Uno de los lectores fascinados por este experimento fue Enrique Vila-Matas, que lo describi¨® como ¡°un elegante, hipn¨®tico artefacto literario, vivamente atra¨ªdo por el desenlace de las cosas: una maravillosa biblioteca de frases ¨²ltimas¡±. Tambi¨¦n Nadal Suau conect¨® con su propuesta: ¡°He aqu¨ª un canto a la tragedia del desencuentro entre el tiempo infinito y nuestra condici¨®n finita, con la literatura como mediadora destinada a un fracaso tan predecible como fascinante¡±.
Cr¨ªtica de Nadal Suau
Art¨ªculo de Sergo C. Fanjul
Cr¨ªtica de la exposici¨®n p¨®stuma de Camila Ca?eque. Por ?ngela Molina
14) Presentes
Paco Cerd¨¤
Alfaguara
En el centro del proyecto c¨ªvico y literario de Paco Cerd¨¤ est¨¢n los peones: gentes an¨®nimas que desaparecen de la historia en min¨²scula porque la Historia en may¨²scula los fagocita. En sus libros est¨¢n los protagonistas principales, los secundarios y los que no est¨¢n. En Presentes ¡ªprobablemente su obra formalmente m¨¢s arriesgada¡ª la tensi¨®n se produce entre el via crucis fascista que llev¨® los restos de Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera de Alicante a El Escorial y las v¨ªctimas conocidas o desconocidas del primer franquismo. Borrados que ahora est¨¢n presentes.
Reportaje de Ferran Bono
15) Un pu?ado de flechas
Mar¨ªa Gainza
Anagrama
En este nuevo libro h¨ªbrido de la argentina Mar¨ªa Gainza confluyen los dos vectores de su creaci¨®n literaria: la escritura y la cr¨ªtica de arte. Los distintos cap¨ªtulos tienen extensiones diversas y no hay una ¨²nica etiqueta que sirva para descibrirlo: hay cr¨®nica, ensayo, relato. A trav¨¦s de esa pluralidad, Gainza crea el puente entre arte y escritura y la clave de Un pu?ado de flechas, como se?al¨® Laura Ferrero, es la textura de su mirada: ¡°lo milagroso es el ingenio, el socarr¨®n descreimiento, la infinita curiosidad, ese inagotable asombro, siempre acompa?ado de humor o de esas contradicciones tan honestamente manifiestas¡±. As¨ª nos permite mirar donde, sin ella, no ver¨ªamos.
Cr¨ªtica de Laura Ferrero
Tribuna de Joaqu¨ªn Castillo Vial
16) Madre de coraz¨®n at¨®mico
Agust¨ªn Fern¨¢ndez Mallo
Seix Barral
Podr¨ªa parecer un libro sobre Pink Floyd, pero no. Podr¨ªa parecer un libro sobre una madre, y no exactamente. En la portada parece que sea una vaca, pero no lo acaba de ser. Digamos que Agust¨ªn Fer¨¢ndez Mallo centra esta ¡°historia verdadera¡± en su padre fallecido, pero tampoco cabr¨ªa leerlo como la historia de aquel veterinario que hizo un viaje a los Estados Unidos para traer en avi¨®n una veintena de vacas. Esta casi todo eso, pero sobre todo la relaci¨®n ¨ªntima con todos esos hilos para tramar una magn¨ªfica indagaci¨®n sobre c¨®mo constituimos nuestra identidad a trav¨¦s de una memoria que opera con recuerdos y tambi¨¦n con las ficciones que necesitamos para contarnos.
Cr¨ªtica de Berna Gonz¨¢lez Harbour
17) Golpe de gracia
Dennis Lehane
Traducci¨®n de Aurora Echevarr¨ªa P¨¦rez
Salamandra
La cr¨ªtica de este libro que escribi¨® Carlos Zan¨®n ya era una invitaci¨®n a devorarlo. ¡°A ratos parece una tableta crujiente de chocolate, a ratos una descarada muestra de la superior solvencia y talento narrativo de su autor¡±. La acci¨®n se desarrolla en Boston a mediados de los setenta. El contexto son los disturbios raciales tras la medida de un juez contra la segregaci¨®n racial. ¡°Sobre ese escenario Lehane explica de forma soberbia en qu¨¦ consiste el racismo, el clasismo, la ira y la rabia, mediante la mejor forma posible: la ficci¨®n¡±. No habla del presente norteamericano, pero, ciertamente, ayuda a entender el lado oscuro de un pa¨ªs automitificado para que no logr¨¢semos contemplarlo en toda su complejidad.
Cr¨ªtica de Carlos Zan¨®n
Entrevista con Dennis Lehane. Por Luis Pablo Beauregard
18) Primavera revolucionaria
Christopher Clark
Traducci¨®n de Eva Rodr¨ªguez Halffter
Galaxia Gutenberg
?Sentirse dentro de un proceso revolucionario? Es una de las sensaciones que puede experimentarse leyendo el ambicioso Primavera revolucionaria de Christopher Clark. El autor del cl¨¢sico Son¨¢mbulos propone otro ejercicio que rompe con las historias nacionales y conecta en clave transatl¨¢ntica el clima social y los estallidos c¨ªvicos que desembocaron en procesos revolucionarios. No hab¨ªa una planificaci¨®n conjunta, sino un nervioso cuestionamiento del antiguo r¨¦gimen. Un ¡°desorden interconectado¡±. Hubo revoluciones y contrarrevoluciones, claro, incertidumbre y sensaci¨®n de fracaso, pero despu¨¦s de esa ¡°primavera de los pueblos¡± muchos caminos del pasado dejaron de ser transitados.
Cr¨ªtica de Javier Moreno Luz¨®n
19) Triste tigre
Neige Sinno
Traducci¨®n de la autora. Disponible en catal¨¢n con traducci¨®n de Marta Marfany
Anagrama
La valent¨ªa de testimoniar el abuso es una forma de compromiso c¨ªvico: el relato de la violaci¨®n es un acto de disrupci¨®n en la normalidad para tomar conciencia de la violencia sistem¨¢tica contra ni?as y mujeres. En Triste tigre la autora rememora diversas escenas de su pasado infantil y adolescente sufriendo las agresiones de su padrastro, pero el valor literario del libro es su capacidad moral para trascender el testimonio. Niege Sinno reflexiona sobre identidad tras el abuso, la convivencia con ese recuerdo, las estrategias de supervivencia y, a partir de ese conocimiento autobiogr¨¢fico, explora c¨®mo la violaci¨®n ha sido integrada como una forma de malestar de la cultura.
Entrevista con Neige Sinno. Por ?lex Vicente
20) Un coraz¨®n furtivo. Vida de Josep Pla
Xavier Pla
Traducci¨®n de Ana Ciurans Ferr¨¢ndiz, Olga Garc¨ªa Arrabal y Francesc Ribes. Tambi¨¦n disponible el original en catal¨¢n
Destino
Josep Pla ¡ªfigura nuclear de la literatura catalana de todos los tiempos, prosista clave del siglo XX espa?ol¡ª sab¨ªa que un ¨¢ngulo muerto de su obra era la intimidad. La intimidad es un tema para un moralista y ¨¦l lo era. Pero la mixtificaba, la omit¨ªa, la disimulaba y la silenciaba. El principal valor de esta monumental biograf¨ªa es haberla desvelado. El profesor Xavier Pla, que se ha pasado la vida estudiando al Montaigne del Empord¨¤, ha tenido acceso a toneladas de documentaci¨®n in¨¦dita y as¨ª ha modificado para siempre la percepci¨®n sobre un hombre que fascin¨® y que siempre se refugi¨® de su sentimentalidad desbocada escribiendo, escribiendo, escribiendo.